Todos Los Santos

Halloween. Dia de los Santos. Dia de los Muertos. Estos días se tratan de…la muerte. Y de nuestra relación con personas que se han muerto.

Nosotros Cristianos no tememos la muerte. Nuestro Señor Jesucristo ha conquistado la oscuridad de la noche. Ha conquistado la obscuridad de la tumba. El Nombre Sagrado de Jesús hace que tiemblan los demonios.

Y los nombres de Sus Santos también hacen los demonios temblar. Porque los santos también han conquistado la muerte. Reinan en el esplendor eterno de Dios.

Los santos conquistaron la muerte siendo pobres en espíritu, igual que Jesús. Siendo mansos y misericordiosos. Tal como Jesus. Los santos tuvieron hambre y sed de justicia. Lamentaron el pecado del mundo. Aguantaron perseguicion. Buscaron siempre hacer paz. Como Jesús.

Unidos con Jesús en Su santidad divino, los santos comparten en el conquisto de Jesús de la muerte humana. Y nosotros tenemos una relación íntima con esos héroes. Sabemos que nos pueden ayudar. Como buenos amigos con recursos sobrenaturales.

Entre los muertos, muchos son santos. Sabemos sin duda que algunos lo son: Es decir, los canonizados. Como los santos Apóstoles, San Jose, San Francisco de Asís, San Teresa. Dicho eso, muchos de los difuntos no son santos todavía porque…están en el purgatorio. Dios los está purificando de sus pecados.

En el Dia de los Santos, nos alegramos con deleite que tantos de nuestros hermanos en fe han llegado al cielo. No rezamos por los santos; rezamos a ellos. Ellos no necesitan nuestras oraciones. Nosotros necesitamos las suyas.

A cambio, por el mes de noviembre, tomamos una oportunidad para rezar por todos nuestros queridos muertos y comendarlos a Dios. Nuestros parientes y amigos que han muerto; nuestros antepasados. Y rezamos por todas las almas en el purgatorio que no tienen a ningún pariente vivo que pueda rezar por ellas.

Las noches se hacen más largas, y eso nos hace recordar que esa peregrinación de la vida terminara. Pero no tenemos nada que temer. Guardamos esto día sagrado, quedándonos cercas a Jesús en el altar, como los santos han hecho.